Tranquilidad,
que no voy a disertar sobre la sesuda obra de Jean Paul Sartre; mis
menguados y dispersos conocimientos literarios no dan para tanto. No.
Pero sí voy a hablarles de las sensaciones que me ha generado el
visionado durante este fin de semana de Network,
película que se estrenó allá por 1976 y que cuenta en su reparto
estelar, entre otros, con Peter Finch, Faye Dunaway, William Holden y
Robert Duvall. Trata sobre el enfermizo mundo de la televisión y de
la dictadura de las audiencias, de hasta dónde son capaces de llegar
unos jefazos sin escrúpulos con tal de mantener pegados a la
pantalla a una audiencia aborregada, acrítica y sin referentes en
los que verse reflejados. Pues bien, hay una escena en la que el
presentador del programa de noticias sobre el que gira el argumento
monta en cólera y les suelta a los telespectadores una impetuosa
perorata con el fin de hacerles despertar de su letargo, instándoles
a romper con ese estado de ensimismamiento del que se hayan presos,
animándoles a pasar a la acción y a no mostrarse indiferentes ante la
inmundicia que les rodea: “Estoy más que harto y no quiero seguir
soportándolo” son las palabras literales con las que trata de
persuadir a esa misma audiencia para que abran las ventanas de
sus casas y griten con rabia desatada esa consigna. Pues eso,
precisamente, es lo que me he propuesto en el día de hoy: vomitar
todo aquello que me produce hartazgo abriendo mi particular ventana,
que no es otra que la de este blog.
Estoy
harto de políticos corruptos, de los ERE´s de Andalucía, de la
caja b del Partido Popular, del caradura de Bárcernas y de su mujer,
del bigotes y de la Gürtel; de que la justicia siga sin actuar
contra el clan de los Pujol, de la independencia de Cataluña, de
Artur Mas y de Carles Puigdemont. Estoy profundamente harto del
falso buenismo de Mariano Rajoy, del cansino de Pedro
Sánchez, del don perfecto de Albert Rivera y de las luchas internas
de Podemos; del engreído y pedante de Pablo Iglesias y de su
camarada Iñigo Errejón; de los caretos de Montoro y De Guindos
cuando nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino; de que nos
digan que estamos saliendo de la crisis y de que no se solucione el
problema del paro. Estoy harto de las puertas giratorias de los
políticos, de que los ciudadanos hayamos sido los paganinis del
rescate a la banca, de los nuevos ricos que engordan sin escrúpulos
sus ya de por sí henchidas cuentas corrientes. Estoy harto de las
promesas incumplidas de Fernández Vara, de que siga sin implantar la
jornada de 35 horas para los funcionarios, de la Administración
paralela que se ha montado con las empresas públicas y de que
estemos rodeados de contratados a dedo para mayor escarnio de los
empleados públicos. Estoy harto de los chanchullos en las
oposiciones, de incompetentes presidentes de tribunales que se van de
rositas después de liarla parda… Estoy harto de que las encuestas
electorales se equivoquen una otra y vez, de la soberbia de quienes
te miran por encima del hombro por creerse más que los demás, de
los que tratan a patadas a los débiles y se muestran mansos y
dóciles ante el poderoso; de los sermones de los curas, de la fila
única del Carrefour y del "yo no soy tonto" del Mediamark. Estoy harto de la indecencia de Urdangarín y de su señora esposa la infanta doña Cristina, de Bárbara Rey y de la doble vida del rey emérito.

Estoy
harto de la telebasura, del circo de Gran Hermano y de Sálvame, de
Paz Padilla, de Belén Esteban, de la Patiño y de Kiko Hernández;
de las ridículas y vergonzantes entrevistas de Pablo Motos, de la
presidiaria de la Pantoja y del parásito de Paquirrín; de los
chistes malos de Matías Prats, de la manipulación informativa, de
la estúpida e interminable publicidad; del insolente de Risto
Mejide, de la enteradilla de Ana Rosa Quintana y del hipócrita del
Gran Wyoming; de los contertulios, que todo lo saben; de los vestidos
de la Pedroche, de los programas de cocina y del numerito que montan
cada año los actores en la gala de los Goya. Estoy harto del negro
del whatsapp, de los zotes que pretenden sentar cátedra con un tweet
de cuarenta caracteres, de los que se pasan el día colgando fotos de
sus tristes vidas en el facebook; de la mala educación y de la falta
de respeto; de la sección de “deportes” de los informativos, de
Cristiano y de Mesi, de Guardiola, de Zidane y de Luis Enrique, del
Marca y del AS. Estoy harto de que en los 40 Principales, Cadena 100,
Kiss FM… repitan siempre la misma bazofia. Estoy harto
del IVA cultural, de lo buenos que somos todos en Navidad, de las
heces de los perros en las aceras, de que te llamen facha por llevar
una pulsera con la bandera de España en la muñeca. Estoy harto de
este fracasado sistema educativo, del pasotismo de los alumnos y de
la tontuna que tienen los padres en todo lo alto. Estoy harto de que
me cobren 1,50 por un refresco, del precio de la gasolina; de las
compañías de teléfonos móviles y del pollo que tienes que montar
para que te den de baja. Estoy harto de Donald Trump, de hacer cola
para pagar en el NIRRI... y de los ruidos de mi vecina del cuarto.
Estoy profundamente harto de todo eso y de mucho más.