Ahora
mismo no se me ocurre mejor ejemplo para ilustrar la estupidez humana
que el de Lidia Guinart Moreno, diputada del PSOE por la provincia de
Barcelona. Esta buena señora no ha tenido otra ocurrencia que
preguntar en sede parlamentaria por un asunto del que, dada su
extrema gravedad, no se deja de hablar en el trabajo, en el bar o en
la cola del paro. Allá por donde vayamos, raro será que no encontremos a algún
parroquiano, circunspecto y ceñudo, referirse al asunto que tiene en
vilo a todo el país. Háganse cargo de la patochada: que dice
doña Lidia que por qué Roberto Leal, durante la gala final de
Operación Triunfo, tuvo el atrevimiento de referirse a las tres
finalistas -Amaia, Aitana y Míriam- con términos genéricos como
“el concursante que ha quedado en tercer lugar...”, o “no
quiero que estéis solos…” La pregunta de marras se formuló,
literalmente, del siguiente tenor: “¿consideran que la
interpelación reiterada a mujeres usando el masculino resulta
ridícula y ofensiva para las mujeres a las que se dirige?” Y digo
yo: ¿hace falta que te contestemos, querida? ¿A esas cuitas te
dedicas con el sueldo que te pagamos todos los españolitos con tanto
esfuerzo? A mí me parece estupenda tu lucha feminista por un mundo
mejor y todo eso, pero todo tiene un límite, que es precisamente el
del ridículo al que tú apelas y del que te has enseñoreado sin el
menor rubor.
He
tenido la curiosidad de acudir a la ficha oficial de doña Lidia que
aparece en la página web del Congreso de los Diputados. Si damos
credibilidad a lo que allí pone, tendremos que hacer el esfuerzo de
creernos que ostenta la licenciatura de periodismo y que ejerce de escritora en sus ratos libres, oficios a los que ella misma ha ofendido por su lamentable intervención del otro día. Resulta
que lleva dos legislaturas en el Congreso y hasta la semana pasada
nadie conocía de su existencia, engrosando ese numeroso listado de
diputados anónimos que pasan sin pena ni gloria por la sede de la
soberanía nacional y que un buen día deciden, por aquello de sus
quince minutos de gloria, destaparse con la primera fricada que se
les viene a la cabeza. Como dijo no sé quién, más vale que con
nuestras palabras no desvelemos la ineptitud que a duras penas
logramos mantener oculta con nuestros silencios. Pero no es el caso de doña Lidia. La referida diputada también ha tenido a bien compartir sus vastos conocimientos en un blog intitulado
Habitaciones Propias, en el que podremos encontrar artículos tan jugosos y sugerentes como “Qué valen las mujeres”, “Las mujeres no somos
mercancía electoral” o “Vacunemos a la juventud contra el
machismo”. Mirando por mi salud mental, he decidido no leer ni una sola línea de tales engendros literarios; al igual que también me he cuidado de hojear ninguno de sus tres libros publicados, a saber:
"Soy mujer y pretendo trabajar", "Tú y yo...y nuestro
hijo" y "De madres a hijas". Me temo, querida Lidia,
que somos nosotros quienes tendremos que vacunarnos para evitar que nos contagies tu
idiocia.
El
próximo día 8 de marzo se va a celebrar en España la primera
huelga exclusivamente de mujeres. Supongo que si sus obligaciones se
lo permiten -que seguro que sí- allí estará la señora Guinart encabezando un movimiento que abochornaría a feministas históricas
como Emmeline Pankhurst, Virginia Woolf, Mary Wollstonecraft, Flora
Tristán, Frida Kalho, Simone de Beauvoir, Rigoberta Menchú, Clara
Campoamor, Victora Kent o Concepción Arenal, entre muchas otras.
Aquéllas sí que eran nobles luchadoras a favor de los derechos de
la mujer, y no estas guerrilleras dialécticas, que ni aportan lustre
a esta legítima causa -más bien todo lo contrario- ni conseguirán
nada reseñable por mejorar las condiciones de la mujer más allá
del mero ruido mediático. No tengo nada
en contra de la lucha a favor de la igualdad salarial y del resto de justas reivindicaciones que durante décadas han conformado las bases del feminismo. Ahora bien, lo que no logro entender es su osadía de incluir en el catálogo de sus reivindicaciones esta frenética y ridícula cruzada en contra del lenguaje sexista y machista que, según ellas, ataca a la dignidad de la mujer. La cabeza visible de éstos nuevos intérpretes de las
esencias feministas la hallamos en Irene Montero, digna sucesora de una tal Bibiana Aído, que no ha tenido empacho en afirmar que "hablar de portavoces y portavozas es una forma más de luchar por la igualdad en el uso del lenguaje". Ante tamaña majadería, hasta la Real Academia Española de la Lengua tuvo que salir a la palestra para defenderse de tal desaire. Así que, señoras y señores, este es el punto en el que nos encontramos: en lo absurdo y grotesco de una serie de vindicaciones que, al caer en las manos equivocadas, provocan el espasmo en una ciudadanía que no sale de su asombro por tener que contemplar un espectáculo tan bochornoso. Éstas son las fruslerías a las que una parte importante de nuestra clase política dedica sus esfuerzos, en lugar de centrar sus escasos recursos en lo que de verdad importa: remover los obstáculos para que la mujer ocupe un plano de igualdad con respecto al hombre en todos los ámbitos de la vida, con independencia de que a ésto o a aquéllo se le designe o no con un genérico en masculino. Por lo visto hasta ahora, el objetivo pretendido por este movimiento es justo y legítimo; cosa bien distinta son los medios utilizados para alcanzar dicho fin. En esto último se yerra gravemente, tanto que incluso puede echar por tierra los avances logrados hasta la fecha. No se pueden ver fantasmas donde no los hay. El lenguaje no es el enemigo disfrazado de machista.
Cáspita!!! Dos artículos en una semana!!! Fiebre creadora? Me agrada mucho!!! ... Y ya que estamos te propongo otro tema ...los yayos justicieros. No sé si es políticamente correcto pero que salgan a la calle pidiendo subidas de pensiones teniendo en cuánta que las próximas generaciones ni siquiera las van a catar me parece de un gran egoísmo.
ResponderEliminarJajajaja. Sí, Chema: fiebre creadora!!! Será eso. Lo de los pensionistas es un tema sensible de tratar. Éso y lo de la equiparación salarial de policías y guardias civiles. Un saludo!!
ResponderEliminarComo mujer te felicito por tu inteligente y certera visión... más porque muchas estamos HARTAS de tanta histeria feminista que desvirtúa la realidad de las mujeres...
ResponderEliminarMuchas gracias, Rosa. La verdad es que sí, que esto que les ha dado ahora a algunas mujeres por lo del "empoderamiento" no beneficia en nada la causa de las legítimas reivindicaciones basadas en la igualdad de género. Un saludo!!
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