Al sureste de la provincia de Cáceres, limítrofe casi
con la de Badajoz, se sitúa en el mapa una pequeña localidad de algo menos de
dos mil habitantes que se ha levantado en armas contra el imperdonable olvido
perpetrado por la serie de Televisión Española “Carlos, Rey Emperador”.
Me estoy refiriendo a Madrigalejo, en cuyo término municipal tuvo lugar un
suceso histórico de primer orden: allí fue, durante la madrugada del 23
de enero de 1516, donde halló la muerte Fernando II de Aragón y V de Castilla,
más conocido como Fernando el Católico. Procedente de Plasencia, iba camino del
Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe para asistir al capítulo de las
órdenes de Calatrava y Alcántara, cuando su séquito decidió hacer parada y fonda
en la llamada Casa de Santa María ante el empeoramiento general del estado de
salud del monarca. Enfermo de gota y con el corazón debilitado a causa de su
avanzada edad (63 años), tampoco contribuyeron a su restablecimiento físico los brebajes de hiervas afrodisíacas que cuentan las crónicas que tomaba para
conseguir quedar encinta a su segunda esposa, Germana de Foix, treinta y cinco años más joven que él.
Pues bien, tras los muros de aquel caserón, viendo Fernando próxima la hora en que debía rendir cuentas
al Todopoderoso, tomó la trascendental decisión de redactar, un día antes de su
muerte, un último testamento cuyas estipulaciones constituyen las bases de lo
que hoy conocemos como España. Así, nombró heredera universal a su hija Juana La Loca, unificando por primera
vez bajo una misma corona todos los territorios de la Península Ibérica, aunque
como consecuencia de su precaria salud mental sería su hijo Carlos I de España y V de
Alemania –nieto de Fernando- quien reinaría de facto. Por lo tanto, examinados
estos antecedentes, huelga subrayar la importancia de la efeméride y del
papel que la Historia reservaba por méritos propios a Madrigalejo, pero
que el paso de los siglos se ha empeñado en borrar injustamente de sus anales. Y al igual
que la premiada serie “Isabel” –predecesora inmediata de esta otra que comento
y también emitida con gran éxito de crítica y audiencia en Televisión Española-
sacó del ostracismo turístico enclaves cruciales durante los avatares de la monarquía de los Reyes Católicos, se
espera que “Carlos, Rey Emperador” haga lo propio con aquellos otros emplazamientos que
jugaron un papel destacado durante el reinado de Carlos V. Pero, por lo visto, los guionistas estarían distraídos con cuestiones de mayor calado intelectual, saltándose a la torera
cualquier referencia sobre el asunto en cuestión durante el primer capítulo de la serie, en el
que, a modo de introducción, se hace un recorrido previo por los
acontecimientos en el que nada se dice ni de Fernando ni del testamento firmado
en aquel trance y lugar.
La indignación, por no utilizar palabras más
gruesas que convendrían más al caso, no ha tardado en recorrer cada rincón de
cada calle de Madrigalejo. Su alcalde, Sergio Rey, así como la presidenta de la
Asociación Cultural “Fernando el Católico. V Centenario”, Guadalupe Rodríguez,
han sido los primeros en enarbolar el estandarte del malestar que entre
sus convecinos ha provocado este ominoso silencio por parte de la televisión
pública. Parece ser que el alboroto ha tenido su repercusión incluso entre los
medios de comunicación a nivel nacional, aunque hay que reconocer a El Periódico Extremadura la paternidad de la primicia. Tanto la Cadena SER, como
Onda Cero, así como un excelente artículo publicado por David Vigario en el
diario El Mundo, se han hecho eco de una noticia que trata de paliar la afrenta cometida por la serie de marras. Cómo no habrá sentado de mal, que hasta el senador del
Partido Popular, Diego Sánchez Duque, ha anunciado la presentación ante la
Cámara Alta de una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado con el fin
de que el V Centenario del fallecimiento de Fernando el Católico sea declarado acontecimiento de excepcional interés público. Quizás la polémica desatada ayude a reparar el daño
causado, puesto que estoy convencido de a partir de ahora Madrigalejo tendrá
mayor repercusión mediática que si, de hecho, hubieran aparecido referencias
expresas en la serie. No hay mal que por bien no venga.
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