martes, 6 de octubre de 2015

En defensa de Madrigalejo

 
 Al sureste de la provincia de Cáceres, limítrofe casi con la de Badajoz, se sitúa en el mapa una pequeña localidad de algo menos de dos mil habitantes que se ha levantado en armas contra el imperdonable olvido perpetrado por la serie de Televisión Española “Carlos, Rey Emperador”. Me estoy refiriendo a Madrigalejo, en cuyo término municipal tuvo lugar un suceso histórico de primer orden: allí fue, durante la madrugada del 23 de enero de 1516, donde halló la muerte Fernando II de Aragón y V de Castilla, más conocido como Fernando el Católico. Procedente de Plasencia, iba camino del Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe para asistir al capítulo de las órdenes de Calatrava y Alcántara, cuando su séquito decidió hacer parada y fonda en la llamada Casa de Santa María ante el empeoramiento general del estado de salud del monarca. Enfermo de gota y con el corazón debilitado a causa de su avanzada edad (63 años), tampoco contribuyeron a su restablecimiento físico los brebajes de hiervas afrodisíacas que cuentan las crónicas que tomaba para conseguir quedar encinta a su segunda esposa, Germana de Foix, treinta y cinco años más joven que él.


   Pues bien, tras los muros de aquel caserón, viendo Fernando próxima la hora en que debía rendir cuentas al Todopoderoso, tomó la trascendental decisión de redactar, un día antes de su muerte, un último testamento cuyas estipulaciones constituyen las bases de lo que hoy conocemos como España. Así, nombró heredera universal a su hija Juana La Loca, unificando por primera vez bajo una misma corona todos los territorios de la Península Ibérica, aunque como consecuencia de su precaria salud mental sería su hijo Carlos I de España y V de Alemania –nieto de Fernando- quien reinaría de facto. Por lo tanto, examinados estos antecedentes, huelga subrayar la importancia de la efeméride y del papel que la Historia reservaba por méritos propios a Madrigalejo, pero que el paso de los siglos se ha empeñado en borrar injustamente de sus anales. Y al igual que la premiada serie “Isabel” –predecesora inmediata de esta otra que comento y también emitida con gran éxito de crítica y audiencia en Televisión Española- sacó del ostracismo turístico enclaves cruciales durante los avatares de la monarquía de los Reyes Católicos, se espera que “Carlos, Rey Emperador” haga lo propio con aquellos otros emplazamientos que jugaron un papel destacado durante el reinado de Carlos V. Pero, por lo visto, los guionistas estarían distraídos con cuestiones de mayor calado intelectual, saltándose a la torera cualquier referencia sobre el asunto en cuestión durante el primer capítulo de la serie, en el que, a modo de introducción, se hace un recorrido previo por los acontecimientos en el que nada se dice ni de Fernando ni del testamento firmado en aquel trance y lugar.


   La indignación, por no utilizar palabras más gruesas que convendrían más al caso, no ha tardado en recorrer cada rincón de cada calle de Madrigalejo. Su alcalde, Sergio Rey, así como la presidenta de la Asociación Cultural “Fernando el Católico. V Centenario”, Guadalupe Rodríguez, han sido los primeros en enarbolar el estandarte del malestar que entre sus convecinos ha provocado este ominoso silencio por parte de la televisión pública. Parece ser que el alboroto ha tenido su repercusión incluso entre los medios de comunicación a nivel nacional, aunque hay que reconocer a El Periódico Extremadura la paternidad de la primicia. Tanto la Cadena SER, como Onda Cero, así como un excelente artículo publicado por David Vigario en el diario El Mundo, se han hecho eco de una noticia que trata de paliar la afrenta cometida por la serie de marras. Cómo no habrá sentado de mal, que hasta el senador del Partido Popular, Diego Sánchez Duque, ha anunciado la presentación ante la Cámara Alta de una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado con el fin de que el V Centenario del fallecimiento de Fernando el Católico sea declarado acontecimiento de excepcional interés público. Quizás la polémica desatada ayude a reparar el daño causado, puesto que estoy convencido de a partir de ahora Madrigalejo tendrá mayor repercusión mediática que si, de hecho, hubieran aparecido referencias expresas en la serie. No hay mal que por bien no venga.

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